Antigüedades Romanas
En cualquier estudio que bordee las ‘chasquillas’ de lo que podría ser científicamente aceptable, la corriente principal del debate racional pivotea sobre la evidencia física. Sería fácil reclamar, como muchos lo hacen, que varios ‘recortes’ de datos astronómicos concretamente proveen una base de la existencia de Nibiru., o Planeta X, en su mayoría como si fuera una sub-enana café. Pero la evidencia científica reunida hasta hoy sólo alcanza para hacer crecer las expectativas, no para eliminar las dudas de los escépticos que pelean a ciegas, a menudo sin preparación para crecer mediante lo persuasivo de la evidencia. Incluso, cuando son enfrentados al potencial que yace más allá de Neptuno, siempre pueden negar la pre-conversación aduciendo que si el Planeta X no ha sido encontrado aún, no puede existir. Hasta su hallazgo, lo cual estoy muy seguro no está lejos, mantienen el balance del poder con tal clase de reclamos enfáticos.
Pero tal estado de cosas no sostiene su influencia cuando se considera la evidencia de hace 2000 años atrás. De alguna forma el asunto toma un giro, porque la ‘verdad del Evangelio’ que se halla tan debidamente encajada en nosotros desde tan temprana edad posee escasa evidencia física como respaldo. Los académicos bíblicos del siglo 20 hacia delante han sido muy escépticos en relación a los reclamos de los teologistas (1), cuyos propios esfuerzos por substanciar la vida de Jesucristo dentro de los documentos históricos a menudo descansan sobre evidencias mínimas, infladas más allá de toda proporción con objeto de preservar la tradición cristiana en las mentes de los fieles (2). Jesucristo bien debió caminar por las calles de Jerusalén, pero es un hecho que, ninguno de sus contemporáneos, ni escritores cristianos, como Josefus, le prestó la menor atención al hecho.
Estamos también forzados a confiar en el a menudo mitologizado testimonio de los primeros escritores cristianos. Y aún ahora, como cultura occidental, continuamos intentando creer que los evangelios son bastante exactos, entendiendo que el material problemático debe ser pasado por alto por medio de la fe.
Debemos ser selectivos e ignorar los muchos otros factores causales que actuaban en es tiempo; el caldero de mezcla para las ideas religiosas llamando la atención bajo el dominio de Roma. Y mientras la publicación de ‘Los Manuscritos del Mar Muerto’ ha ayudado a generar un vivo y a menudo controversial debate acerca de los orígenes del cristianismo (3, 4), ¿podría también ser útil estudiar antigüedades romanas y herodianas de ese tiempo? Debido al hecho que muchas religiones y cultos tienen sus raíces en la astronomía no parece impactar sobre los orígenes establecidos del cristianismo, sean los que sean.
Quizá si, dados los poco usuales símbolos celestes empleados en la Navidad Cristiana.
Varios aspectos mitológicos de la cristiandad comparten tierra común con otros cultos antiguos que evidentemente tomaron los cielos seriamente sin duda (5). ¿Es posible que exista un origen astronómico común que nos ha sido ocultado por el momentum principal para celebrar la vida divina de Jesucristo?
Si tal es el caso entonces debería emerger un hecho. Un evento astronómico de importancia revolucionaria en Oriente Medio con seguridad debe haber sido testimoniado por los romanos. En mi primer libro ‘Disco Alado’ (Winged Disc), he planteado que tal evidencia yace entre los muchos estudios de la anomalía ‘Sirio rojo’, y en particular en los escritos de Séneca (6). También he reproducido motivos greco-romanos y estilizado símbolos que pisan terreno común con otros más antiguos de Egipto y Mesopotamia, quizá indicando una tradición que fue revigorizada durante los tiempos de actividad revolucionaria en Palestina. Un signo en los cielos, quizá, que encendió la creencia del Retorno de un Rey, y una próxima emancipación de los romanos.
En este ensayo quisiera ofrecer mayor evidencia para apoyar la noción que la tal llamada ‘Estrella’ fue algo real, y no meramente un portento astronómico como se ha concluido recientemente por muchos (7, 8). Propongo que esta Estrella no apareció como se nos ha hecho creer en nuestras Navidades, sino como un creciente flamígero con un grupo estelar de 7 estrellas en su compañía. En realidad, debe haber sido más bien una pálida aparición en los cielos, que causó un enrojecimiento en las constelaciones perihelionales, con una apenas discernible colección de ‘nuevas’ estrellas a la vista, (El Enrojecimiento, o Rubedo, podría ser como la conversión de las Aguas Celestiales en vino). A pesar de las dificultades para observar el fenómeno, su significancia mitológica fue tal que tuvo lugar un renacimiento del pensamiento religioso.
Así, la Estrella Mesiánica se convirtió en un catalizador del cambio en la Palestina ocupada por Roma. Y, vitalmente, su aparición fue recordada en las monedas.
El Creciente y las Estrellas
El simbolismo del Creciente y las 7 Estrellas no está ampliamente reconocido como principal por derecho propio. Sin embargo aparece permeando mucha iconografía religiosa, ya sea de forma obvia o estilizada. Dado que el creciente por lo general significa la Luna, no se hace de verdad difícil entender el por qué. Sin embargo, la Estrella o las 7 estrellas a menudo aparecen dentro del creciente mismo en estos símbolos, o en un semi-círculo a su alrededor. Como he discutido con amplitud en este sitio web y en ‘Winged Disc’, tiendo a excluir la Luna como responsable…claramente las estrellas no pueden aparecer ‘dentro’ de la Luna, y no existe una constelación en la eclíptica que adopte la forma semicircular. El símbolo no es, por lo tanto, una conjunción de la Luna con, digamos, las Pléyades, o 7 hermanas. Aun si lo fuera, esto tendría difícilmente significancia real para los antiguos. De cierto carecería de la importancia necesaria para justificar su inclusión en magical amulets, 'Gnostic Gems' o monedas, como esta del tiempo del emperador Adriano (9):
Algunas de estas imágenes me fueron amablemente enviadas por Robert Kem, quién ha estado investigando la posibilidad que Nibiru pueda haber sido la Estrella Mesiánica. El señala que Adriano venció al líder revolucionario judío Simon Bar Kochba, quién condujo un fallido levantamiento contra los romanos entre 132-135 DC. Bar Kochba fue ampliamente conocido como el ‘hijo de la estrella’, de modo que la gloria de Adriano al vencerlo debe reflejarse en sus monedas.
Lo que nos puede aportar una visión del significado de la Estrella a la cual estaba asociado Bar Kochba. Hay aquí una variación de tema, con el familiar emblema del Creciente y la Estrella (más tarde empleado por la fe musulmana), pero además las 7 estrellas dentro del creciente. La asociación cerrada de estos símbolos es de cierto muy interesante. Si señala un fenómeno celeste anómalo en algún momento anterior al reinado de Adriano, entonces resulta evidentemente de origen no astrológico. Es con toda claridad la rememoración de un fenómeno observado que no tiene sentido si el creciente es simplemente la Luna…después de todo, las estrellas no pueden aparecer ‘dentro’ del disco lunar.
Dado que el escenario generalmente aceptado en miras de la Estrella Mesiánica se enlaza con la triple conjunción del 7 AC, los investigadores interesados en proveer una explicación a la Estrella de Belén tienden a ignorar la evidencia real de fenómenos celestes anómalos por esa época. Sus mentes se hallan ya definidas. Por ejemplo, el hecho que Sirio fue a menudo descrito como apareciendo rojo durante ese tiempo parece ser dejado de lado, aunque su importancia simbólica para los mitos mesiánicos es clara, como está discutido en mi libro.
Los escépticos propositores que la Estrella Mesiánica fue astrológica a menudo señalan que un hecho celeste anómalo hubiera sido recordado por los astrónomos chinos. David Hughes, por ejemplo, ha discutido hasta cierto punto posibles candidatos en la antigua literatura china. Mientras parece capaz de saltarse las sospechas obvias, señala que la nomenclatura empleada por los antiguos astrónomos chinos está a veces, lejos de ser clara:
"De los varios cometas y novas que aparecieron en el tiempo del nacimiento de Jesús, cometas con colas, las hui-sing o estrellas arbusto, parecen ser cometas auto-evidentemente. Las po-hsing son también probablemente cometas los cuales en esta instancia son vistos ya sea desde la cabeza o desde la cola, aunque un pequeño cometa po no era fácilmente distinguible de un k´o-hsing, una especie de estrella visitante” (8).
El lector puede ser perdonado si resulta algo confundido por esto. Parece haber un cruce lingüístico entre novas y cometas, aguas barrosas que por lo general se consideran claras. De cierto no encaja con la noción general que los antiguos astrónomos chinos fueron apuntando con exactitud todos los eventos celestes de manera que podemos traducirlos directamente. Más aún, incluso las apariciones del cometa Halley no fueron sistemáticamente apuntadas por los chinos, con algunas referencias a él del tipo ‘probablemente señaladas por los chinos’, y a veces de ninguna forma (8). Si Nibiru era en verdad más bien pálido, posiblemente difícil de observar a ojo desnudo, entonces aquellos realmente observándolo deben haberlo visto, y aún así con la ayuda de medios ópticos.
Y si los chinos observaron tal extraña aparición, ¿cómo la hubieran descrito? ¿Podríamos reconocer la descripción por lo que fue, tomando en consideración que no estamos en verdad esperando ver aparecer un apunte como ese? Después de todo, ningún moderno astrónomo ha considerado un grupo de estrellas dentro de alas flamígeras, así que podría detener a los traductores de los antiguos documentos chinos para suavizar entradas como ‘estrella arbusto’, o ‘estrella invitada’, presumiendo que se trata de un cometa o de una nova?
El Judaísmo de Herodes
Uno de los más intrigantes hallazgos de Robert Kem es una moneda herodiana que aparentemente muestra el mismo simbolismo anómalo. Ahí aparece una estrella central acompañada por palmas, así formando un estilizado disco alado. Bajo esto hay un casco de soldado, creando un enlace entre el poder militar y la Estrella. Uno podría esperar tal abierto despliegue de mando por Herodes el Grande, ¿pero es posible que haya sido también inclinado a mostrar sus sentimientos religiosos? Esto puede no ser tan lejano como suena al principio.
De acuerdo a la académica australiana Barbara Thiering, Herodes "se convirtió a una versión del Judaísmo que le ajustaba, y procedió a imponerla al mundo" (10). Reunió una gran cantidad de dinero por desplegar su forma de Judaísmo a judíos y gentiles más allá de la Tierra Prometida, requiriendo de ellos un cierto pago. Las sumas que amasó fueron empleadas en varios proyectos principales, incluyendo la restauración de Jerusalén, la fortificación del puerto de Cesárea y, significantemente, la completa reconstrucción del Templo de Jerusalén.
Herodes comisionó la reconstrucción del Templo ‘justo antes del 21 AC’ (10). Su importancia para los judíos de todas partes no puede ser subestimada. Robert Kem se pregunta si este trabajo de gran importancia reflejó algún hecho en los cielos; que la reconstrucción del Templo fue instigado por Herodes porque la Estrella había reaparecido, y un nuevo fervor religioso fluía en la Tierra Prometida y la Diáspora Judía. Herodes, como Rey de los Judíos, estaba bien colocado para beneficiarse del retorno del Rey Celestial, o Estrella Mesiánica. Como he mostrado en mi reciente ensayo 'Nibiru and the Dead Sea Scrolls' , hay evidencia directa de Qumram que el retorno de esta Estrella era conocido, y anticipado. Dado que el tutor de Herodes era Menahem el Esenio de la Diáspora (10), parece muy probable que Herodes haya sido iniciado en este antiguo misterio de Nibiru.
Pero aún si Herodes era simplemente la ‘cabeza nominal’ de la misión de Menahem para desplegar noticias del Nuevo Israel, la construcción del Templo señala grandes eventos justo antes del nacimiento de Jesús. Si Nibiru había vuelto, entonces estos desarrollos políticos y religiosos comienzan a tomar mucho más sentido.
Más o menos al mismo tiempo que Herodes comenzó a reconstruir el Templo en Jerusalén, algún acuñamiento destacable fue implementado por el emperador romano Augusto (11). Este denario de plata fue acuñado alrededor del 19 AC y muestra un cometa con 8 rayos, el octavo de los cuales parece ser flamígero, dicho para celebrar al ‘divino Julio’ (12).
Es una extraña gráfica de un cometa, que enfatiza una poderosa fuente de luz al centro, en vez de la cola cometaria.
Aunque esto bien puede
simbólicamente aludir a un cometa previo visto durante el tiempo de Julio
César (en 44 AC), su caracterización inusual puede también señalar un
extraordinario y contemporáneo fenómeno observado alrededor de la época
cuando la moneda fue acuñada.
Augusto se
conecta con ‘signos del cielo’ en este extracto de Virgilio:
"Lo!
César y toda la línea Juliana, predestinada a elevarse en los infinitos
espacios del cielo, Este, si, este es el hombre, tan a menudo predicho a ti
en promesa, César augusto, descendiente de Dios, quién de nuevo ha de fundar
una era dorada en Latium,…. Si, aun ahora, en su venida, presentido por
señalas en el cielo, ….() son mías.”
La Eneida de Virgilio, Libro
VI.ii 789-800, 847-,
.... ( ) are mine."
¿Fueron estas dos monedas, ambas acuñadas alrededor de 18-19 AC, para señalar una extraña aparición celeste, que no era estrictamente ni un cometa ni una estrella, sino más bien una conflagración de fuego en el cielo que desafiaba una definición normal? ¿Es que Nibiru muestra un halo durante un tiempo mientras se aproximaba al sistema solar exterior? Se sabe que esto ocurre con las enanas cafés, aunque nuestro conocimiento de las sub-enanas cafés (tan viejas y frías como debe ser Nibiru) no nos permite estar seguros en este caso.
Tal evento bien podría ser considerado como un signo formidable, uno que justificó la deidificación de la línea Juliana como ‘Dioses’. Esto sería particularmente válido como argumento si tal conexión entre la deidificación de los reyes gobernantes y la aparición de la ‘Estrella’ fuese una profecía. Lo cual es precisamente de lo que se trataba la fiebre mesiánica en Palestina. Todo esto podría ser comprendido como fluyendo de un conocimiento antiguo del retorno cíclico del Rey Celeste, Nibiru, como señala Zecharia Sitchin.
Existe un interesante paralelo entre la moneda de Augusto señalada arriba y esta de Mauritania, acuñada alrededor del tiempo de Augusto. Quizá es simplemente una copia local de la propia moneda del Emperador Romano, pero también puede ser una corroboración independiente de un fenómeno observado.
Más monedas
Aquí hay más ejemplos de la imaginería del creciente y las 7 estrellas usado en las monedas romanas.
La primera es: Faustina, la esposa del sucesor de Adriano, Antoninus Pius-AE AS. R: Luna creciente con 7 estrellas/SC. RIC 1714
La segunda es: Lucretius Trio Denarius. 76BC. Cabeza radiante de Sol / TRIO dentro de la Luna creciente con 7 estrellas
Otras Claves
Durante el siglo 1º DC apareció una variedad de monedas, de diferentes gobernantes antiguos, con gran semejanza unas a otras. Esto señala la gran importancia adjuntada a los símbolos astronómicos empleados.
Se ve una estrella junto al signo zodiacal Aries, una de las últimas constelaciones del perihelio visible de Nibiru.
La posición de la Estrella respecto del ‘Carnero’ está de acuerdo a las descripciones que he aportado del sendero orbital de Nibiru en ‘Winged Disc’, y marcaría el punto de salida de la Estrella Oscura y sus lunas...el Sacrificio del Cordero, quizás.
La última de estas monedas muestra el ahora familiar motivo del Creciente y la Estrella, mencionado simbolismo de ‘majestad y soberanía’ (9). Los cristianos pueden hallar esto interesante por si mismo, dado el enlace entre ‘soberanía’ y el Cordero en una moneda del 55 DC; realmente bastante temprano en la historia de la iglesia Cristiana, lo cual no fue reconocido de manera oficial por estamento alguno en ese tiempo.
Pero nos puede proveer también de una señal a lo largo de la ruta tomada por Nibiru, el ‘Señor Celestial’ de los antiguos mesopotámicos. Si es así, tendríamos que recalcular el tránsito de Nibiru: su (aproximada) transición visible cruzando el cielo parece haber tomado varias décadas entre la fecha de la construcción del Templo en Jerusalén y el acuñamiento de las primeras de estas monedas. Como veremos, esto no es tan irrazonable como suena al comienzo. Estas varias monedas cumplimentan la plétora de ‘Gemas Gnósticas’, o amuletos mágicos, que circularon con amplitud durante el período greco-romano (12).
Mientras muchos de estos artilugios parecen tener un origen mundano (13), la mayoría como encantamientos para estar a salvo del diablo y enfermedades, muchos contienen una imaginería celeste anómala acompañada por las letras griegas Iota Alfa Omega (IAO). Como la moneda romana de arriba, este amuleto muestra una media luna distinta rodeada por un círculo de siete estrellas. Consulte darkstar1.co.uk/ds18.html para obtener más ejemplos.
Los Abraxas y Demiurge tienen un significado cosmológico particular para ciertas sectas durante la era en cuestión. Otro conjunto de símbolos en evolución en el antiguo Medio Oriente fueron el Árbol de la Vida y la Menorá judía. (14).
El Árbol de la Vida de Mesopotamia se ve a menudo junto con sus dioses y el símbolo del Disco Alado. El símbolo judío posterior de la Menorah de siete puntas parece haber evolucionado a partir de su contraparte más oriental, quizás proporcionando un vínculo entre el conocimiento antiguo de Sumer y el simbolismo gnóstico desplegado durante la era greco-romana.
La Línea del Tiempo
Para cerrar, quisiera explorar rápidamente las potenciales repercusiones en relación a la pasada de Nibiru de este nuevo material. Durante más o menos el último año he venido considerando la cuestión de cuánto tiempo aparece Nibiru n los cielos. Los textos de Zecharia Sitchin tienden a sugerir que Nibiru actúa más bien como un cometa que vuelve al sistema solar interior, en particular al cinturón de asteroides (14). Sin embargo el hecho que este cinturón no haya sido ‘limpiado’ por tan regular paso de un cuerpo planetario sugiere otra cosa. Dado que la propia órbita terrestre ya no está en el cinturón de asteroides, parece razonable sacarnos de encima el asumir que Nibiru retorna a ese sitio. Esto amplía las cosas tremendamente.
Hay quienes podrían argüir que los anteriores cambios terrestres señalan hacia una órbita cruzada de la Tierra, pero estoy mentalizado hacia un escenario alternativo, uno en el cual el paso perihelional de Nibiru ocurre a través del sistema solar exterior. Junto a un bien informado investigador que emplea el nombre ‘Rajasun’, he considerado la evidencia científica en relación al comportamiento del sistema solar, y cómo una pequeña enana café en órbita solar puede encajar en él. Mientras deseo expandir bastante este tema en mi próximo libro, parece pertinente hacer el siguiente comentario. Si Nibiru pasó por la zona planetaria exterior, o incluso a través del cinturón Edgeworth-Kuiper, entonces su aparición sería notablemente menos disminuida con respecto a lo previamente pensado, y ciertamente hubiera permanecido en el cielo durante un tiempo más largo, probablemente años, posiblemente décadas. En este sentido, la Estrella podría haber sido un Mesías celestial por el período de una vida. Su impacto visual hubiera sido muy evasivo, y su ausencia de carácter dinámico hubiera aminorado la probabilidad de ser notado, no como un cometa por ejemplo.
Image Credit: Robert Temple (Image 13)
Esto estaría mucho más de acuerdo con el escenario pintado por la anomalía de ‘Sirio rojo’, la cual sigo creyendo nos aporta la mejor evidencia de una aparición de Nibiru durante el período greco-romano (ver ‘Disco Alado’). El efecto astronómico debe haber sido por cierto muy ligero, notado sólo por expertos astrólogos y astrónomos, aunque su aparición expandió visiones arquetípicas del Apocalipsis que encendió grandemente sus cualidades míticas a una amplia audiencia. Si Nibiru, como una pequeña enana café llegando al límite de la zona planetaria, era apenas perceptible al ojo desnudo, era sin embargo evidentemente visto, ¿entonces cómo podemos ecualizar esto? Creo que el investigador académico Robert Temple puede haber dado con una potencial respuesta en su detallado estudio de lentas antiguos (15). Los antiguos fueron capaces de explorar los cielos con una tecnología óptica rudimentaria que los capacitaba observar la reaparición de Nibiru. Quién finalmente descubrió la Estrella del Oeste es una conjetura. Posiblemente los ‘Magi’, o los posteriores seguidores de Horus en el Egipto Ptolemaico.
Cualquiera sea la respuesta, m e hallo plenamente confiado que disponían de los medios para hacerlo, y entonces la palabra se expandió con rapidez a través de las tierras romanas orientales. Como resultado, el mundo nuca volvería a ser el mismo.
Escrito poe Andy Lloyd, May 2003, and updated 2005
autor de 'The Dark Star' (2005), 'Ezekiel One' (2009), 'The Followers of Horus' (2010) and 'Darker Stars' (2019)
Translated by Enrique Pérez Porter
References
1) Michael Baigent, Richard Leigh & Henry Lincoln "The Messianic Legacy" Jonathan Cape 1986
2) Carsten Peter Thiede & Matthew d'Ancona "The Jesus Papyrus" Weidenfeld & Nicholson 1996
3) Michael Baigent & Richard Leigh "The Dead Sea Scrolls Deception" Jonathan Cape 1991
The Dead Sea Scrolls Deception
4) Philip Davies, George Brooke & Phillip Callaway "The Complete World of the Dead Sea Scrolls" Thames & Hudson 2002
The Complete World of the Dead Sea Scrolls
5) Timothy Freke & Peter Gandy "The Jesus Mysteries" Harper Collins 1999
6) A. Lloyd "Winged Disc: The Dark Star Theory" 2001
The Dark Star: The Planet X Evidence
7) P. A. H. Seymour "The Birth of Christ: Exploding the Myth" Virgin 1998
8) D. Hughes "The Star of Bethlehem Mystery" J. M Dent 1979
9) eclipse.net (article no longer available online) With thanks to Robert Kern
10) B Thiering "Jesus the Man: A New Interpretation from the Dead Sea Scrolls" Ch5, Doubleday 1992
11) "Augustus. 27 BC-14 AD. AR Denarius (3.67 gm). Struck 19-18 BC. Caesaraugusta mint. Head of Augustus left, wearing oak-wreath / DIVVS IVLIVS across field, comet of eight-rays. RSC 97" Thanks to Robert Kern
12) Erwin Goodenough 'Jewish Symbols in the Greco-Roman Period' Vol. III, published 1953 for Bollingen Foundation Inc by Pantheon Books of New York
Jewish Symbols in the Greco-Roman Period
13) Campbell Bonner "Studies in Magical Amulets, Chiefly Graeco-Egyptian" Ann Arbor: University of Michigan Press, 1950
14) "Ancient and new Menorahs, Part 1: The oldest items"
menorah-bible.jimdofree.com_article
15) Zecharia Sitchin "The Twelfth Planet" Avon 1976
16) Robert Temple "The Crystal Sun: Rediscovering a Lost Technology of the Ancient World" Century 2000
Images
1. A face of Christ, c. 360AD, from Hinton St Mary, Dorset; now in the British Museum's Weston gallery of Roman Britain. Photograph: British Museum.
2. The Star and Crescent in the Muslim quarter of east Jerusalem. Photograph: Andre Durand
3 & 4. Denarii of Hadrian 119-120AD; thanks to Robert Kern
5. Illustration of the Chinese Astronomer is by Ralph Walters
6 & 7. Coins of Herod the Great "Herod the Great, 37 BCE, AE 8 prutah, 6.8 g, 7/8", O: Tripod (example right), ceremonial bowl (lebes) above, date LT (Year 3) and monogram TP in field 1 and "of King Herod" around in Greek R: Military helmet facing, wreath featuring acanthus leaf around, cheek pieces and straps, star above flanked by two palm branches" [my emphasis] With thanks to Robert Kern
(article no longer available online)
8. "Silver denarius issued by Emperor Augustus Caesar shows the comet of "Divine Julius" which was cleverly propagandized as a good portent"
eclipse.net (article no longer available online)
Robert Kern also points out interesting parallels with this account during the time of Augustus:
"The death of Agrippa, far from being merely a private loss to his own household (Augustus), was at any rate such a public loss to all the Romans that portents occurred on this occasion in such numbers as are wont to happen to them before the greatest calamities. Owls kept flitting about the city, and lightning struck the house on the Alban Mount where the consuls lodge during the sacred rites. The star called the comet hung for several days over the city and was finally dissolved into flashes resembling torches. Many buildings in the city were destroyed by fire, among them the hut of Romulus, which was set ablaze by crows which dropped upon it burning meat from some altar." [My emphasis] Cassius Dio — Book 54.htm Chapter 29
9. "Augustus, 27BC-AD14, AR Denarius (3.2g). Emperor head rt./Star in crescent, ca 18BC"
(article no longer available online) See RC219
10. "Kings of Mauretania. Juba II & Cleopatra Selene, 25 BC - 23 AD. AR Denarius (3.0g). Diademed head of Juba right; regnal title. Reverse: Lunar crescent, star above; queen's title" See Lot 4477 With thanks to Robert Kern
goldbergcoins.net catalogarchive
11 (a) "The
first bronze coins of Antioch depicting Aries were issued in ca. AD 5-11
which is close to when Quirinius was governor (AD 5-6) of Syria"
(b) "The last coin by the governor Silanus
showing Aries was issued in AD 13-14"
(c)
"Bronze coin of Quadratus issued in AD 55-56 showing Aries with a star
& crescent that symbolized majesty or sovereignty"
eclipse.net (article no longer available online) with thanks to Robert Kern
12. Image 1204, E. Goodenough 'Jewish Symbols in the Greco-Roman Period' Volume III, published 1953 for Bollingen Foundation Inc by Pantheon Books of New York
13. A 5th/4th century BC Greek pot excavated at the Shrine of the Nymph; in the Acropolis Museum at Athens: See 'The Crystal Sun' by Robert Temple. Photograph by Robert Temple
14. Images of the Gorgon's Head and Temple front & pediment from